lunes, 13 de mayo de 2013

Rituales de apareamiento



Los pipiolos son de esos ejecutivillos recien estrenados, no creo que junten cincuenta años entre los dos y se mueven dentro de sus trajes encorbatados como si alguien les hubiese metido una escoba por el trasero y les costase encontrar una postura natural para acomodar el palo que llevan metido en culo.
Hay uno rubito con cara de haber abandonado el instituto el mes pasado ( el instituto y el abrazo protector de su mamá ), y otro moreno que no solo se las da de tipo duro del dúo sino además de listo. Un rollo Zipi y Zape, pero como el moreno me pone con esa barba suya cerrada, de esas que por mucho que se afeiten siempre les deja una sombra oscura en las mejillas, les doy una oportunidad.
Guiño un ojo y veo como Zipi primero palidece, luego se ruboriza y le susurra algo a Zape que es el morenazo. Zape lo piensa, me mira, mira a Bri y luego le dice a Zipi en un tono que puedo oir casi desde donde estoy "quien, ¿la caballona esa?"
¿Lo de caballona irá por mi?
Hago como que le he oido, le miro, sujeto la aceituna del martini entre los labios, pongo un gesto pícaro y cuando intento el numerito de sostenerla en la punta de la lengua sale rodando y cae en el regazo de Bri.
- Sheila, de verdad que no te conozco. -me dice mi amiga mientras yo me empiezo a mosquear porque Zape se está descojonando tras mi malabarismo frustrado- Venga, pasamos por el telepicha, nos cogemos una  familiar y vamos a mi casa a ver una peli de chicas. ¿Te hace?
Tengo que volverme a mi amiga con gesto de incredulidad.
- De verdad, Bri, no puedo creer lo que estoy oyendo. Te estoy proponiendo tirarle los tejos a ese par de jilipollas y tu ¿quieres ir a tu casa a comer pizza y ver de-uve-dés?
Mi amiga se acerca para poder hablarme a la oreja a pesar de que nadie más que Zipi y Zape parecen estar prestándonos atención.
- Si, Sheila. Porque no estás siendo tu misma, y porque creo que estás olvidando lo que llevas colgando entre las piernas. ¿Qué vas a hacer si te enrollas con uno de ellos, vais a su casa y se pone cariñoso?
- Pues utilizaré la misma frase que tanto les gusta utilizar a ellos con nosotras cuando nos enseñan la polla: "Bájate al pilón, nene"...¡Venga, Bri!...¡necesito recobrar confianza en mi misma y en mi femineidad! Considéralo algo terapéutico, joder. No voy a meterme en la cama con nadie, solo necesito vacilar un poco, que un tío me tire los trastos y volver a sentirme femenina, ya está. ¿Tan complicado es de entender, y que pretenda que me ofrezcas tu apoyo?
Bri pasa unos largos segundos madurando estas palabras mientras me mira fijo como si yo estuviese diciendo una cosa pero en realidad pensase otra y ella pudiera adivinarlo nada más con mirarme a los ojos. Por fin resopla y contesta:
- Vale. Sé que me voy a arrepentir, pero vale, te voy a seguir el rollo. Sé que no va a servir de nada pedírtelo pero ¿me prometes que cuando te diga que pares el carro me harás caso y nos iremos por donde hemos venido?
Pongo los ojos en blanco, me pongo en pie y la agarro de la muñeca tirando de ella.
- Venga, solo quiero sacarles un martini gratis, mujer...vamos a por ellos...
Me acerco abriéndome paso a empujones con Bri detrás mío sujetando en una mano los martinis y en la otra el plato de las bravas, un poco rara si lo pienso porque como dice mi amiga no soy del todo yo. La "yo" que recuerdo nunca hubiera recorrido la distancia que nos separa de Zipi y Zape, se habría quedado sonriendo coqueta, enrollando en el dedo índice uno de sus rizos y ensayando largas caidas de pestañas a la espera de que el macho reproductor viniese a hacer pis sobre sus zapatos marcándola para la cópula.
Tampoco lo esperan Zipi y Zape, porque cuando me ven apoyar el codo en la barra y sonreir como un cocodrilo hambriento a ambos parece habérseles atragantado algo a la vez.
- ¿Que tal, chicos? ¿Me dejais que os invite a otra cervecita?
Esto les deja unos segundos desarmados que si pudiesen emplearían en deliberar entre ellos para pensar cual debería ser el paso que dar a continuación, pero no pueden porque estoy ahí y Bri está detrás hecha un lío con las copas y las bravas, lo cual hace a Zape sacar pecho y decir:
- Hombreeeee, chochooooo, te tendré que invitar yo, no jodas.
"Chochoooooo".
Zape acaba de ascender automáticamente al estatus de Soplapollas.
- Que fino -le digo sonriendo- Pero mejor que decirme eso tan feo podrías preguntar como me llamo, ¿no? ¿o también llamas "chocho" a tu mamá cuando te saca el calzoncillo limpio de la lavadora?
No he pretendido sonar agresiva pero el rostro de Zipi está virando peligrosamente al color ciruela-claudia mientras dice estrangulado a Soplapollas:
- ...vamonos tío que estás son unas buscabullas, seguro.
- Andaaaaa -suelta Soplapollas sin dejarse amilanar, queriendo demostrar eso de "pa-huevos-los-mios"- ¿que te pasaaa, nenaaa, que has venido mal folláá?
Bri introduce el plato de bravas entre nosotros
- ¿una patatita para los chicos mientras nosotras vamos a empolvarnos la nariz al lavabo de señoras?
Bri pretende montarme un pequeño comité de crisis en los aseos, ya lo sé, sin embargo todos la ignoramos salvo Zipi que pincha una patata murmurando un tímido "grrrapciasss".
Yo personalmente estoy ocupada tratando de defenestrar a Soplapollas y no estoy para patatas.
- Que elegante, debes triunfar con las chicas si apuntas con todas así de fino.
Soplapollas se ha acodado en la barra con su sonrisa de macho-alfa-controlando la situación y, mirando así al tendido, dice como si yo estuviese noventa grados más allá de donde estoy.
- Qué quieres, tía, nos entras en ese plan, qué vamos a pensar, jeee-jeee -y le da un codazo al pobre Zipi que está al borde de una maniobra de Heimlich peleando con su patata-.
- Bueno, pues si eres tan chapao a la antigua invítame tu al Martini y luego seguimos a tu manera -contesto engañosamente suave porque siento en las tripas un nido de culebras- Parece mentira, tan joven y tan clasicorro. Apuesto a que llevas calzoncillos de esos con botoncitos en la bragueta.
- Pues no, llevo bok-serrrrs -contesta algo agobiao Soplapollas pensando sin duda tirar al quemadero la media docena de gallumbos old-style que guarda en el ropero-.
- ¿Bok- Serrrrr? -digo zumbona- ay hijo dicho así me suena a plato chino, ha-ha-ha...pero tio, que no hemos venido a pelear...Bri, ¿otro martini?
- Con un chorrito de ginebra por favor -dice mi amiga en tono fúnebre como si le quedasen nada más un par de minutos de vida al planeta-.
Esa sensación de Bridget resulta ser casi cierta porque justo en ese momento en que me siento repleta de una peligrosa combinación de excitación y agresividad, oigo unos graznidos como de urraca perdigoneada que ya he escuchado anteriormente y que presagian el inicio de la debacle. Me doy media vuelta lentamente sacando a los chicos de mi campo visual y dejando que cuchicheen para enfrentarme a lo que viene.
...si, ahí, con sus vestiditos poligoneros, sus zapatos de plataforma y distribuido en cada ojo el presupuesto en rimmel de un colegio de niñatas góticas, han aparecido Choche y Fanni. "La" Choche y "La" Fanni" para ser más exactos, que no son más que una pareja de pendones al lado de las cuales la Dientes resulta ser más fina que la duquesa de Windsor en una recepciòn diplomática. Choche y Fanni son amigas de Bri,  como dice ella "pertenecen a mi pasado reciente y oculto", pero no resultan tan oculto cuando yo tengo la desgracia de conocerlas. No soy nada elitista, puedo moverme con soltura en medio de gente de cualquier clase, pero las amigas de Bri  me hacen desear rescatar la estratificación social de los tiempos del medievo, en donde ellas estarían ordeñando y limpiándole el culo a las cabras y yo como mínimo estaría llevando la contabilidad al gerente guaperas de la Corte.
- ¡Pero que paaaasaaaaa, Briiiiii, que no nos dices naaaaaaaa!¡Huy comiendo patatas, con lo que engordan!¡pero Briiii, cielooooo, que hay que bajar esas cartucheras, yak-yak-yak! -rie la que creo es La Choche. Luego me contempla como si tuviese algo grande y verde pegado a la nariz y dice- ...anda, si es la Cheila...hija ¿estás haciendo bodi-bilding?...es que te veo unos hombracos que no sé, yo creo que hasta t'ha crecío la nuez, yak-yak-yak, ¿a que síii, Fannniiii?
La Fanni solo tiene ojos para Soplapollas que de pronto ha puesto cara de estar agobiao con tanto chocho que diría él y farfulla:
- Que movidón tenéis montao, tías, pero nosotros tenemos que volvernos a la ofi ya mismo, ¿verdad, tu?
Zipi asiente, incomprensiblemente no ha requerido asistencia médica para mantenerse en pie, y empieza a levantarse para largarse. Esto me llena de cólera, no sé si es cosa de la Choche y la Fanni o si serán mis pelotas recién adquiridas alterándome las hormonas pero le pongo un brazo en el hombro a Zipi que le hace volver a sentarse ( "ay Dios", suspira ), me cruzo entre la Fanni y Soplapollas y digo:
-Pero cariiii, ¿no ves que estamos ocupadas y que ellos YA están ocupados? ¿porqué no os vais tu y la Choche a retocaros el make-up a las toiletes? Para cuando termineis de poneros guapas con el alicatado seguro que el Juicio Final ya está sobre nosotros.
- Ayyy el juiciossss, que culta es la Cheiliii -dice Fanni en plan de habernos sentado a compartir tortilla ella y yo alguna vez- Que paaasaaaa, que tienes miedo que te levantemos los piboos.
Y entonces me empuja.
Son solo dos dedos en mi hombro que me hacen apenas balancearme un poco, pero es como si una oleada de fuego se generase en el punto en que ella contacta conmigo.
Noto como se me pone la sangre a punto de ebullición, agarro a la Fanni por las chorreras de ese espanto de blusa que se ha calzado y le gruño:
- Como vuelvas a ponerme la pezuña encima te pongo yo las siliconas de sombrero
Entonces se desata la debacle: la Fanni se acojona, Bri se acojona, Zipi y Soplapollas se acojonan, todos se acojonan. Mi presa empieza a chillar como rata con el rabo pillado en ratonera "¡CHOOOCHEEEEEEE QUE ME MATA ESTA JAPUTAAAAA!" demostrando que incluso en situaciones de apuro sabe comportarse como una señora, veo al camarero plumífero hacerme un gesto en plan "¡cuidado, a tu espalda!"...
...pero es demasiado tarde, algo impacta contra mi coronilla y caigo relocha al suelo, de vuelta a la piadosa inconsciencia por...¿tercera vez en el mismo día?...
Esto no es normal...

No hay comentarios:

Publicar un comentario