sábado, 22 de junio de 2013

Amanecer campestre



Mañana con una luz que pinta toda la cocina de mamá de un tristón tono amarillo limón. Estamos sentadas las tres en torno a la mesa de la cocina y con un careto bastante amarillo también:
...Mamá, con su bata floreada de toda la vida y sus dos sobaos con café con leche de toda la vida también ahí preparados y cortados en lonchas como dispuestos para el sacrificio.
...Bridget, envuelta en un albornoz, sus cuatro pelos ralos recogidos con un moño en la coronilla y unas gafas de sol de la Barbi completando el cuadro. La aureola verdosa que rodea su persona hace presagiar consecuencias funestas si se echa al cinto ese huevo frito con salchicha que tiene delante, pero ha insistido con voz lúgubre que en esos casos lo que mejor le sienta es un poco de colesterol.
Y yo, con mi pijama rosa y gesto de desdicha, porque la orgía escatológica de la noche pasada no va a borrarse de nuestras memorias en la vida, y cada vez que mamá pase por delante de la puerta de su baño va a recordar que "aquí-fue-donde-pasó".
Las tres somos mujeres marcadas que prefieren no hablar en voz alta, o deberían preferir no hablar, pero en cambio Bri parte un trozo de salchicha, lo moja en la yema de huevo y declama:
- Esto se nos ha salido de madre, pero tranquilas, la ayuda está en camino. He llamado a Puri y ya ha salido para acá.
- ¿Puri? -pregunta mamá-
-¿La Dientes? -pregunto yo sin dar crédito a lo que oigo-.
- Pero si justo Úrsula va a venir esta mañana a hacernos una limpieza espiritual -dice mi progenitora haciendo un pucherito-...no sé qué tal llevará las interferencias externas...
- ¿Tiene usted alergia a los gatos? - pregunta Bri en su lugar como si no hubiese oído una palabra- Porque mi amiga va a traer a su gato Calígula que es un potente catalizador espiritual, ¿sabe?
- Bueno, yo no, pero Úrsula va a traer a su gata Morgana porque ayuda a conectar con los espíritus de la Tierra -responde mamá confusa- ¿no será un exceso de gatos que no se conocen en un espacio tan pequeño?
Yo ya me estoy oliendo la siguiente situación descabellada que van a hacerme vivir entre todas, y me pongo en pie anunciando:
- Pues yo no voy a estar para el siguiente show. Esta mañana voy a tener una cita y no quiero saber nada de brujas ni sexólogas. Hoy me he hecho el propósito de limitarme a disfrutar de la vida sin pensar en lo que pueda pasar mañana y eso incluye no someterme a sesiones de terapia alternativas, así que, señoras, voy a darme una ducha porque ya estoy llegando tarde...
...es una mentirijilla, todavía no me ha llamado el Deivid y tengo que encontrar la forma de incautar el móvil de Bridget de nuevo para contactar con él sin intermediarios, pero eso ellas no deben saberlo, claro.
- Sheila -dice Bri poniéndose en pie con cierto pesar y sujetándose el estómago tal cual como si pensase que fuera a salir rodando de un momento a otro- Puri está en camino ya. Te pido por favor que te relajes y...
- Úrsula también está saliendo ya de casa -ataja mamá poniéndose también en pie- Es una amiga muy querida que me acompaña en este lugar tan apartado en el que me veo recluida, me gustaría que por una vez hicieses un pequeño esfuerzo, Sheila, y...
Debería recordar a mamá que si está viviendo ahí es por decisión propia y no porque yo la haya mandado a la campiña para perderla de vista; debería recordarle a Bri que la Dientes me propuso hacerme una mamada en la última consulta que pasé con ella...no sé, a veces pienso si de verdad estoy viviendo en una dimensión desconocida y por eso me pasa todo lo que me pasa y la forma de comportarse de la gente resulta tan irreal.
- Os agradezco a las dos vuestra preocupación pero ahora voy a ducharme y espero estar muy lejos de aquí para cuando lleguen vuestras amigas. Preparad unos bocadillos y montaros un picnic las cuatro con los gatos, ¿qué tal la idea?
Mamá está a punto de emplear su estrategia favorita conmigo que es poner las pupilas brillantes y murmurar en voz casi inaudible "esta-bien-hija-no-pasa-nada-como-digas-está-bien", pero no puedo seguir dejandome manipular y moverme a expensas de lo que los que están a mi alrededor deciden por mi. Con mucho dolor de mi corazón me voy sin decir nada, subo al cuarto de baño, y allí encerrada pongo el agua caliente a tope en la bañera y me sumerjo quedando casi al punto del escaldado, resoplando pero relajada total. En la radio suena música antigua de los años 50, por la ventana del baño se filtra la misma suave luz matutina que vi en la cocina y esa atmósfera apacible me hace sentir bien por primera vez en los últimos tres días.
Un buen baño convierte a una mujer desdichada en una mujer nueva.
Por desgracia el contacto con el agua caliente hace reanimarse a ese ser que ha crecido en mi entrepierna y solo con un increíble esfuerzo mental logro obviar esa cabezota colorada que emerge de la superficie jabonosa como un periscopio infernal...¿como hacen los hombres para manejarse con ese cacharro las 24 horas del día? ¿como hacen para olvidarlo?
"Es simple, cariño: no lo olvidan. Están pendientes de él de sol a sol." contesta Miss Pragmática y yo abrumada por la verdad cierro los ojos y durante un buen rato logro olvidarme no solo de Mister Pene, sino de todo lo que hay alrededor...

...justo cuando el agua empieza a quedarse un poco fría una vibración en los cristales y un ritmo machacón me saca de mi burbuja de mi felicidad:
"youuuu're soooo sexi-se-se-sexiiii-bom-bom-bom"
No tengo que echar apuestas conmigo misma: salgo del agua, me asomo a la ventana y en efecto, ahí está la Dientes bajándose de un Seat Panda verde manzana con el gesto principesco de quien apea el culo de un Porsche, con un vestido rojo que no veo en nada relacionado con el desempeño de la profesión médica y el gato Calígula en brazos restregando la cabeza contra la barbilla de su propietaria.
Cuando planta sus tacones en el suelo, alza la vista y nuestras miradas se cruzan por un instante.
"Sheila" dice atropelladamente Miss Pragmática " a estas alturas tenías que estar ya a veinte kilómetros de aquí...¿como vas a escapar ahora?"
La Dientes esboza una sonrisa un poco forzada tras sus gafas y agita los dedos de la mano con la que no agarra al gato. Calígula me lanza también una mirada llena de sombras funestas en plan de "aquí se va armar la de San Quintín" que me aconseja poner pies en polvorosa de allí antes de verme envuelta en una situación disparatada como las que se están sucediendo una tras otra durante las últimas horas.
Chapoteo de vuelta a la habitación, localizo un chandal verde manzana del instituto perteneciente a mi época de animadora deportista que tiene en la espalda escrito un enérgico "¡SHEI!", me lo calzo encima de mi anatomía  ( sin braguitas que provoquen problemas de claustrofobia a mi tiburón particular ) y planifico en pocos segundos una fuga por una ventana trasera mientras ahí abajo ya oigo a mi pobre mamá hablar con la Dientes:
"¡encantada de conocerla, querida!" y la Dientes "Llameme Doctodda, pod favod, ez una vizita pddofezional, no lo tome como una falta de educación peddo una diztancia coddecta con el enfeddmo y zuz paddientez ceddcanoz facilita todo el pddocezo de tddatamiento" y la pobre mamá "vaya, estoy impresionada es usted una profesional de verdad".
La tensión creciente casi me hace olvidar una lista de detalles fundamentales que al final se reducen basicamente a dos:
Uno, no puedo irme sin el teléfono de Bridget porque si no, no hay Deivid que valga.
Y dos, aún suponiendo que pase del teléfono y me limite a escapar de ese momento que preveo catastrófico, debo robar el coche de Bridget. Una huida a pie por esos bosques llenos de demonios dedicados a joderle la vida a muchachas inocentes que no han hecho daño a nadie queda descartada.
"Tendré que asaltar a Bri y convencerla por las buenas para que de esquinazo a todo el mundo y me saque de ahí. Y también debo considerar la posibilidad de que se niegue y en ese caso, solo si es necesario, maniatarla..."
De momento esta segunda opción más agresiva no parece necesaria, porque mientras enredo en las cosas que Bridget ha dejado tiradas de cualquier manera en la habitación, la puedo escuchar en el piso de abajo utilizando su tono de dependienta de boutique de haute-couture:
"¡Puri, cielo, que bueeeeno que hayas veniiiido!"
y la Dientes altanera
"bueno, edda zábado y loz zábados no tengo conzulta, zupongo que poddía hazddedle el favodd a una amiga de venidd a un poblacho del eztddaddaddio a..."
y mamá
"¿un poblacho del qué?"
y Bri conciliadora
"exxxtrarradio, creo que Puri quería decir exxxxxtrraradio, ¿verdad cariño?"
y Puri glacial
"gddaciaz, Bddigget  peddo cddeo que hablo pedddfecto caztellano, la veddadd me ziento un poco ofendida..."
...señales, son todos señales de la debacle que se avecina, tengo que sacar el culo de ahí inmediatamente. Pongo del revés todos los trapos malolientes que Bri ha dejado de cualquier manera tirados en el suelo, no por ser ella descuidada sino porque en el momento de quitárselos la infausta noche anterior, no era consciente de sí misma. A pesar de la inconsciencia, la muy zorra se ha llevado en el bolsillo del albornoz el jelou-kitti y las llaves del coche...
...."vaya, un gatito" está diciendo mamá "¿te gusta el campo, minino?" a lo que Calígula responde un "miaooooooogggggllllooooog" tal cual si mamá a mitad de respuesta hubiese empezado a apretarle el pescuezo, algo que supongo no está ocurriendo pero que hace a la Dientes responder en el tono de la mujer de mundo que quiere aparentar ser
"la veddadd ez que no le guzta nada, ez un gato de inteddiodd..."
"de interior" matiza nerviosa Bri lo que hace que la Dientes exclame
"¡Bddidget, deja de hacedd ezo, noz eztaz poniendo MUY neddviozoz a Calígula y a mi, ¿vale?...le dezía zeñodda que ez un gato de intedddddioooddddd...¿lo dije bien ahodda, Bddigget, cojonez?...le hubiedda dejado en caza en zu zeztito con zu platito de comida, poddque alguien le pizó el ddabo el otddo día en mi conzulta y el pobddecito zopoddta una cantidad de tenzionez tddemenda, ¿zabe?...zin embaddgo ez tan impoddtante padda mi teneddle ceddca equilibddanddo mi kadddma y..."
"¿cadma?" pregunta mamá.
Yo no oigo más, abro la ventana de mi cuarto y veo factible descolgarme por ella, no hay mucha altura y si lo hago bien puedo caer en el mullido césped del jardín sin que haya que lamentar daños en mi persona.
El panorama parece despejado así que primero me siento en el alfeizar, me doy una pequeña vuelta, descuelgo una pierna, luego la otra hasta quedar con medio cuerpo dentro de la habitación y el otro medio colgando fuera. Después me agarro fuerte con las manos al borde de la ventana e inicio poco a poco el descenso...
Apenas lo comienzo, escucho voces lejanas: "¡dos pieddnas, eztoy viendo dos piedznaz". Demasiado tarde para recordar que la ventana de mi habitación está justo encima del salón donde sin duda mama ha acomodado a la Dientes, a Bridget y por supuesto a Calígula...
...de súbito alguien me aferra por los tobillos y chilla:
- ¡Tranquilas, la tengo sujeta, la tengo sujeta! ¡No lo hagas muchacha, es una locura!
Sin duda es Ursula, la amiga de mamá, jodiendome la vida antes de haber empezado siquiera a hacer sus rituales.
- ¡Suélteme bruja! -chillo pataleando- ¡No ...tiene...derecho...a....
En ese momento Ursula se tambalea por el forcejeo, pierde el equilibrio y se agarra a mi pantalón de chandal en la caída...
...cuando estaba en un piso compartido durante mi temporada de estudiante, nos divertía mucho sorprender a la que tocaba fregar los platos de la cena y bajarle los pantalones del pijama hasta los tobillos mientras ella tenía las manos enjabonadas ocupadas con los cacharros, en especial si había chicos invitados con los que celebrar la broma.
Ahora que la situación se repite al dejarme Ursula en su caida con los pantalones en los tobillos, la conjunción astral de catástrofes me deja sin aliento:
Mamá, Bridget y la Dientes en el comedor contemplando la mitad inferior de mi cuerpo colgando por el ventanal.
Yo, diciéndole unos minutos antes a mi tiburón "no te preocupes, prescindiremos de ropa interior para que estés más suelto y tranquilo..."
...noto una ráfaga de aire fresco en el culo y a continuación escucho el sonido que hace mamá al gritar y desmayarse al mismo tiempo...

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