domingo, 7 de abril de 2013

Miercoles, noche



Lo flipas, tía.
Casi las doce de la noche y el coche me ha dejado tirada en mitad del bosque volviendo de casa de mi madre, haciendome sentir la misma Caperucita a punto de vivir rollos chungos cuando viene de ver a su abuelita. 
Tengo que hacer unos instantes de relajación, inspirando y expirando como aprendí en clase de taichi, porque este es el remate fatal a una tarde que de por sí ha sido muy jodida: tuve que cancelar la salida de cañas y tapas con las chicas de los míercoles porque mamá de nuevo llamó contando que le era imprescindible ir al Carrefur y que yo, si es que quería seguir alardeando de mi estatus de buena hija, debería cumplir con mis obligaciones y llevarla y traerla de vuelta al pueblo del extrarradio en donde vive.
"Ah, Sheila, si supieses las ventajas de vivir en contacto con la naturaleza, no dudarías un instante en dejar de pagar el alquiler en el mugriento apartamento en el que vives para venirte aquí conmigo", esa ha sido su frase favorita durante los últimos cinco años desde que vendió su casa en la ciudad para irse a contactar con las flores, los pájaros y los ardillas. Pero claro, siempre que habla a todas sus amigas de lo hermosa que es su vida en la campiña olvida  mencionar que cuenta con una hija que hace las funciones de taxista gratuita cuando necesita algo de la civilización, cosa que ocurre una media de tres a cuatro veces por semana.
Es mi madre y la quiero, pero ¿porque no podía haber conservado su precioso ático de tres y salón en el centro en vez de joderme la paciencia vendiéndolo todo para irse a vivir al culo del mundo?
En el poblacho en el que vive ha hecho piña además con otras tres tías, todas ancianitas de pelo blanco al lado de las cuales mi madre podría pasar por Shirley Temple en sus años mozos, y siempre que organiza una excursión conmigo como conductora suele incluir en la juerga a un par de sus colegas. Y bueno, aun siendo  una alegre chica de hoy en día sé valorar la sabiduría y la experiencia de las personas de la tercera edad y si tengo tiempo no me importa escuchar sus batallitas, pero es que estas tías están como PUTAS CABRAS. La última ida de olla que han tenido es el ritual de bienvenida a la primavera que han montado: la movida va a consistir en montar una fogata en un prado y bailar todas ¡desnudas! alrededor del fuego mientras preparan una barbacoa de nabos y patatas asadas.
"Mamá", la he dicho muy seria mientras la traía de vuelta y me contaba esta película "la policía puede arrestaros si os sorprende a ti y a tus colegas dando saltos en pelotas por ahí a la vista de todo el mundo, ¿lo sabes? Y eso por no hablar de como me hace sentir A MI pensar en mi propia madre, es decir en TI metida en un lío semejante...por favor, dime que no irás"
"Claro que irá, jovencita" ha dicho una de las inevitables viejas tirándome del pelo desde uno de los asientos de atrás "además no vamos a corretear desnudas por la plaza del pueblo, no queremos un enjambre de jubilados moscones mirando y toqueteándose mientras bailamos, ha-ha-ha".
A esta la llamo Miss Monster porque lleva un pelo morado y una sombra de ojos tremebunda que para sí hubiesen querido mis colegas góticas más chungas del instituto.
"Debeis perdonar a Sheila" me ha disculpado mamá desde el asiento del copiloto "ultimamente está teniendo unos ciclos menstruales extrañísimos, eso la tiene un poco descolocada"
Miss Monster ha reído como un conejo en plan como si fuese normal e incluso divertido que yo tuviese ese tipo de problemas y eso me ha hecho abstenerme de decir nada para no darle carrete a un tema sobre el que no deseo departir con ellas dos, pero mamá ahí ha improvisado muchísimo porque nunca le he hecho la más mínima mención sobre mis asuntos ovulatorios o al menos no desde que tuve mi primera regla y la planteé unas cuestiones técnicas que me hicieron merecedora de un mes sin salir con mis amigas.
Bien pues cuando las he dejado en el pueblo, haciendo prometer a mi progenitora que no se meterá en el ritual primaveral sin que lo hablemos en privado primero, he arrancado a toda hostia pues mañana es día laboral y tengo que levantarme a las seis de la mañana me guste o no. No me importa correr porque la  mayor parte de la carretera es muy tranquila y discurre rodeada por un denso arbolado que en algunos puntos alcanza la categoría de bosque profundo. Ha sido justo en uno de esos tramos en donde de pronto ha sucedido: tras un par de resoplidos el motor se ha parado en seco, he rodado unos metros más por obra y gracia de la inercia y por fin me he quedado ahí, tirada en mitad de la oscuridad de una noche sin luna.
"Mecagüen la puta" he susurrado dando saltitos en el asiento como si así pudiese hacer recobrar el conocimiento a mi vieja tartana "Venga, cariño, no puedes hacerme esta faena,arranca..."
...pero no ha arrancado.
Un poco nerviosa pero con una sonrisa victoriosa he sacado el móvil del bolso, un maquinón con 3G, conexión a internet y toda la pesca al que contemplo más horas al día que a cualquiera de mis eventuales novios.
"Ja. Estoy conectada a la red, puedo contactar con medio mundo ahora mismo con solo un par de clicks y el medio mundo estará aquí al minuto y medio para sacarme del apuro..."
Mis expertos dedos tropiezan una y otra vez consigo mismos, fruto de la tensión del momento, mientras solicitan la puesta en marcha de mi agenda telefónica, mi navegador y toda la pesca para que un regimiento de hombres bien puestos y aguerridos vengan a rescatar a la dama en apuros que soy ahora mismo.
Cuando termino de teclear, aparece una sola pantallita desoladoramente pálida en la oscuridad circundante:
"CONEXIÓN DE DATOS FALLIDA. POR FAVOR, INTÉNTELO MÁS TARDE."
Paso unos largos segundos a contiuación demostrando que a pesar de haber terminado el instituto y haber hecho una FP de las buenas, puedo apear mi buena educación si es necesario y empezar a blasfemar como un alquitranador de autovías. Trato de llamar a mamá procurando no parecer desvalida porque se supone que de un tiempo para acá la adulta responsable soy yo y ella es la que se dedica a hacer el gamba y solicitar mi auxilio, pero recibo de respuesta otra pantallita:
"NO HAY COBERTURA. POR FAVOR, INTÉNTELO MÁS TARDE."
Solo me reprimo de tirar el maquinarro a los arbustos por la idea de que luego pensaré lo que me ha costado y me veré obligada a gatear por ahí fuera entre las zarzas palpando el suelo a ciegas en su busca rodeada de vete a saber qué cosas. Además mientras aguante la batería, tengo una mínima fuente de luz en la negrura, y quien sabe, estos aparatos son caprichosos y quizás dentro de un minuto esté de mejor talante y me pueda dar una oportunidad de salvación...
...esperando a que mi teléfono cambie de parecer, elucubro sobre mi situación tratando de no ponerme demasiado siniestra. No puedo estar a más de quince kilómetros de la ciudad, esta carretera a pesar de no ser una carretera principal conecta el nucleo urbano con varias poblaciones de esas que llaman satélites y por ello tiene un constante movimiento de gente que va y que viene, alguien tiene que pasar...
"¿Y si no pasa?" pregunta la zorra negativa que hay en mi.
"Bueno, si no pasa nadie en TODA la noche, lo cual es puta cienciaficción, podemos echar a andar carretera adelante y en un par de horas largas una chica joven como yo puede llegar a la civilización."
"Oh, si, con tus zapatos de tacón debajo del brazo, claro. ¿Y si ahí fuera hay..."algo"?"
La zorra pretende acojonarme y yo no soy de las que se acojonan.
"¿Algo? ¿Un zorro? ¿un conejo?...querida, todos los animales salvajes temen al ser humano, cualquiera de los que puedan vivir por aquí huirán nada más sentir mi olor."
"Puede que sí, o puede que no"
Si no supusiese darme de bofetadas a mi misma, agarraría a la zorra por el pescuezo y la vapulearía hasta dejarla afónica.
"NO ESTAMOS EN EL AMAZONAS, joder, lo más terrible que puedo encontrarme es algún gato asilvestrado...pero vaya, si nos ponemos así de chungas puedo echar los seguros del coche, tirar los asientos hacia atrás y tratar de dormir aquí dentro hasta que empiece a amanecer y pueda caminar por ahí con más seguridad...vamos, no te esfuerces en pintármelo peor de lo que es, a todo el mundo puede ocurrirle, es una grandísima putada pero no va a pasar nada..."
Por suerte en contraposición con la zorra-cagueta cuento con Miss Pragmática, la mejor y más eficiente versión de mi misma que cuando toma las riendas de la situación acostumbra a sacarme de todos los embolados.
"Antes de pensar en pasar la noche durmiendo dentro de un coche para luego andar quince kilómetros de madrugada y llegar tarde al ya de por sí precario puesto de trabajo con el que contamos, quizás sería buena idea el caminar unos cientos de metros arriba o abajo para ver si la cobertura del teléfono mejora y podemos contactar con algún servicio técnico en particular o con el mundo en general, ¿no creeis chicas?"
"¡pero las alimañas...!"empieza a balbucear ZorraCagueta, antes de que yo abra la puerta del coche y me ponga en pie sobre el asfalto diciendo en voz alta:
- Es una idea cojonuda. Vamos a comportarnos como mujeres adultas y no dejarnos apabullar por las circunstancias.
Al instante el sonido de mi propia voz en la noche me deja acojonada porque el silencio es tan absoluto que de alguna extraña manera aterra romperlo. Todavía falta un mes para primavera y aunque estoy divina con los taconazos de mis zapatos color rosa de TribecaNewYork, mis vaqueros Armani con lentejuelas y mi concesión a la vulgaridad en forma de blusa-fucsia-Zara-For-Woman, empiezo a temblar como un pollo bajo el relente nocturno apenas salgo ahí fuera.
- Quizás debería coger el blazer, no sea que me coja una pulmonía -murmuro tratando de resultar graciosa a mis personalidades múltiples pero sin sentirme nada divertida-.
"Venga, cielo, solo es un trote arriba y otro trote abajo móvil en mano para ver si mejora la cobertura" dice en tono transigente Miss Pragmática como si estuviese charlando con una niña de seis años, luego añade en tono irónico "La Zorra y yo te esperamos aquí para asegurarnos que nadie huye con tu coche ya que dejas las llaves puestas en el contacto."
Mascullo un joder y agarro las llaves, preguntándome para qué le iban a servir a nadie si el jodido trasto no arranca, después empiezo a caminar con decisión carretera abajo con el móvil levantado y la vista puesta en la pantallita.
"CLOC-CLOC-CLOC-CLOC-CLOC..."
A los tres pasos me detengo en seco porque el taconeo de mis zapatos debe haber puesto en alerta a todos los depredarores en un kilómetro a la redonda.
"¡Quítate los zancos!" suplica zorracagueta "ya sabemos que no hay nada ni nadie, pero por si acaso, ¿no es mejor tratar de pasar inadvertidas?"
- Y una mierda -susurro- Estas medias me costaron cuarenta euros, no pienso andar descalza con ellas por encima de la carretera...trataré de ser sigilosa, no puedo hacer más...
Reaunudo el paso tratando de pisar con suavidad ( "cloc-cloc...cloc-cloc...") y sin quitar la vista del jodido aparatito...
...de pronto se ilumina una rayita de cobertuta y tengo que reprimir un gritito de felicidad.
"¿Lo viste?" cacarea orgullosa Miss Pragmática "apuesto a que si terminas de subir esta pequeña cuesta, vas a recuperar la cobertura desde ahí arriba y ¡alejop!, problema solucionado"
Asiento frenética y reaunudo el correteo, siempre con el teléfono por encima de la cabeza ("CLOC-CLOC-CLOC-CLOC-CLOC-CLOC") cuando de pronto algo hace moverse los arbustos a mi derecha y tanto yo como mi corazón nos detenemos en seco.
...
...
...
...paso unos interminables segundos en parálisis absoluta, después miro muy despacio a un lado y a otro, y por fin pregunto bajito:
-¿Quien anda ahí?
Otro meneo de arbustos, pero ninguna respuesta humana.
"PORFAVOR-CORRECORRECORRE-ALCOCHE-PORFAVOR-PORFAVOR-PORFAVOR" chilla la cagueta y mi instinto de supervivencia me hace por un momento querer hacerla caso y echar a correr como una loca de vuelta al coche aún a riesgo de joderme los zapatos, pero de nuevo Miss Pragmática asesora con voz serena y templada
"No seas ridícula. Si es un animal normal, seguirá a tus asuntos mientras sigues a los tuyos, y en el caso improbable de que fuera un depredador como la señorita Cagueta quiere hacernos creer, echar a correr será peor porque será una muestra de debilidad por tu parte. No nos pongamos en lo peor, pensemos que es un gato o un conejo y continuemos solucionando el problema de la cobertura telefónica, ¿no es lo más sensato, cielo?"
Es sensato pero todas mis fibras corporales parecen gritar "corre al coche", ¿qué hago con esa discrepancia interior?
El telefono de los cojones se ilumina con una rayita más, tengo el corazón a cien por hora y estoy paralizada por el terror.
"Estoy haciendo justo lo que veo que hacen las tontas en las películas cuando les pasa lo que a mi: meterse hasta las trancas en el lío en lugar de salir por patas...¿a cuantas tías pragmáticas he visto destripadas por el asesino en serie de turno?"
Miss Pragmática va a empezar un discursito centrado-prudente, pero en ese justo momento el movimiento entre los matorrales se repite, vuelvo la cabeza y...alcanzo a distinguir una forma con aspecto vagamente humano...
Tardo una décima de segundo en lanzar un alarido, olvidarme de mis colaboradoras imaginarias y dar media vuelta galopando como una loca de vuelta al coche sin pensar si me jodo o no los tacones.
"CORRER-CORRER-CORRER" ordena mi mente enajenada por el pánico, y corro como una absoluta loca. Puede que sea por eso que tardo más de lo que debería ser normal en darme cuenta de que...
...mi coche ya no está allí.
El impacto de la sorpresa me hace detenerme, sin aliento.
"¡No puede ser!...no me he alejado tanto como para haberlo perdido de vista, ¿verdad?...ni tampoco como para no haber oido como lo arrancaban si alguien se lo hubiese llevado" pienso a toda velocidad dirigiéndome a mi gabinete de crisis imaginario "¿Qué ha pasado? ¿alguien puede explicármelo?"
Nadie me responde, quizás porque tanto zorracagueta como misspragmatic se han dado cuenta como yo que hay alguien a mi espalda.
Me vuelvo de un salto enarbolando el teléfono como si fuese un aparato arrojadizo y grito
"¡NO ME TOQUES UN PELO QUE ESTOY MUY LOCA Y NO RESPONDO DE MI!"
Luego la adrenalina me pega un bajón porque a quien tengo detrás es a otra mujer, una rubia con un vago parecido a Glenn Close embutida en un elegante traje de falda y chaqueta que a la escasa luz parece gris, el cabello algo revuelto y con algunas hojas de árbol enredadas en él. Parece desconcertada y se mira su indumentaria con gesto de confusión, como si no supiese exactamente como ha llegado hasta ahí. Después levanta la mirada, me ve, sonríe y dice:
- Hola.
No soy ninguna estúpida, sé muy bien que no es normal encontrarme a una tipa con traje de ejecutiva saliendo de entre las matas en medio de la nada, y no pienso confiarme, pero por otro lado estoy tan agradecida por encontrar a otro ser humano que me reprimo el deseo de tirarme a sus brazos.
- Oh...oh... estoy tan asustada -explico tratando de no tartamudear- ...el coche me ha dejado tirada, el teléfono no funciona y...
-¿El coche? ¿qué coche? -pregunta la desconocida en tono burlón-.
- ¡Eso es lo peor!...no hice más que caminar una docena de pasos y cuando me di la vuelta, ¡había desaparecido!
Ahora la extraña esboza una sonrisita que no me hace mucha gracia.
- Ah, la tecnología, no puede uno fiarse de ella, ¿verdad?
Yo levanto una ceja y no digo nada porque todo me sigue pareciendo super-mosqueante. Es ella misma la que da un paso hacia mi y sin dejar de sonreir continua diciéndome:
-...sin embargo, estás de suerte. Hoy es la noche del "sí o sí".
- ¿El sí o sí? ¿Que porquería de juego es ese? ¿No ve que estoy perdida en medio de la oscuridad y lo único que quiero ahora es volver a la civilización y olvidarme de esta pesadilla?
- Ah, genial. Precisamente de eso va la "porquería de juego" como tú lo llamas: tu me dices que quieres y yo lo arreglo, eso sí, llevándome mi pequeña parte de diversión en el negocio, ¿qué me dices?...-meneo la cabeza con los ojos desorbitados mirando a un lado y a otro pensando como puedo escapar de ahí porque es evidente que esta tía está como una puta cabra, mientras ella sigue-...pero por favor, no me digas lo de "porquería" porque es a lo que me llevo dedicando toda la vida y es una ofensa para mi.
- ¿Ah sí? -rujo dispuesta a tirarme de los pelos con la rubia porque a fin de cuentas soy más joven que ella y me siento capaz de vapulearla en un cuerpo a cuerpo- ¿y quien se supone que eres tú, el puto genio de la lámpara?
- Nada de genios, nena, eso son cuentos, a las cosas como a mi no las tenéis aún clasificadas...
Da dos pasos hacia mi, escucho un "cloc-cloc" similar al de mis zapatos-tribecaNY pero en lugar de taconazos lo que golpetea el asfalto donde deberían estar sus zapatos son unos PUTOS PIES DE CABRA.
Empiezo a recular de espaldas negando frenética
- nononono, esta película ya me la sé, y sé que no hay que negociar nunca con el diablo por muy bueno que parezca el trato porque el diablo siempre sale ganando...no quiero nada, lárgate y móntate el negocio con otra incauta, mi respuesta es NO.
- aaaah, qué lástima que la noche esté tan solitaria, creo que no tengo otra pardilla como tú en un montón de kilómetros a la redonda -responde Glenn meneando la cabeza con fingido pesar-...además ya te dije que era la noche del Sí o Sí, ¿te acuerdas? Hoy se hace trato sí o sí, y yo cobro mi parte sí o sí...¿no es sencillo de entender?
- No pienso pedir nada. Muérete.
La rubia se carcajea un poco como si yo fuese la cosa más tonta del mundo.
- No me hace falta que lo verbalices, preciosa. Ya sé lo que quieres: quieres salir de aquí, quieres volver a la civilización y no quieres llegar mañana tarde a tu trabajo...sé leer la mente, joder -resopla por fin como si fuese algo muy obvio y después sonríe luminosamente a la vez que sus ojos se tornan de un inquietante color amarillo-...¡pues bueno, te lo voy a conceder todo así, de una tacada! ¿No es genial?
- ¡No lo quiero! -aullo- ¿es que mi opinión no cuenta para nada?
-...hum, me temo que no, cielo...
La cosa se tira sobre mi con una carcajada y por un momento pienso que va a derribarme pero no es así, de un horripilante modo siento como pasa A TRAVÉS de mi, y mientras lo hace me siento invadida de la manera más espantosa imaginable, es como si hubiese podido meter las manos en mi interior y removiese todas mis vísceras...
...no puedo ni siquiera gritar, noto un frío intenso que me estrangula la garganta y un instante después, me desmayo...

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