viernes, 12 de julio de 2013

Fiebre del sábado noche


Esperando al Deivid.

Qué desastre, he venido a casa de mamá con lo puesto y en mi antiguo cuarto aparte del fatídico chandal con el "¡SHEI!" en la espalda ( el mismo que me permitió no andarme por las ramas y enseñar a la concurrencia la naturaleza real de mi problema ) no tengo nada que ponerme. He sondeado ligeramente a la Dientes para ver si ella ha traído algo de equipaje y me ha respondido a la defensiva:
- Mi cepillo de dientez y laz vitaminaz padda el pelo de Calígula. No penzaba pazadd aquí mucho ddato, la veddadd...¿Y ezo podqué lo pddeguntaz? ¿ez que pienzaz zalid a alguna paddte? La bdduja dijo que no teniamoz que moveddnoz de aquí, ¿no?...poddque zi vamoz a empezadd todaz a hacedd lo que ze noz ponga en la caztaña, yo tenía ezta noche milez de compddomizoz y...
- ...vale, me bastaba con "no traje nada" -tengo que gruñir para cortarle el rollo-. Me voy a mi cuarto, y no quiero que me moleste nadie hasta mañana,, ¿vale?
- ¡Oooooh, la zeñoda Madqueza no quiede que nadie la molezte hazta mañaaaanaaa! puez bueno zeñoda no ze pddeocupe podque nadie la moleztaddá peddo pienzo hacedd guadddia bajo zu ventana pada azegudaddme de que NINGUNA vamoz a ninguna paddte...
...como no...vistos los derroteros que me están tomando las cosas de un par de días para acá, no esperaba que fuese en absoluto sencillo.
Subo a mi habitación y tras rebuscar un rato encuentro otra reliquia de mi misma época de animadora del equipo de baloncesto del instituto: una faldita blanca tableteada realmente mínima pensada para enseñar un poco el culo cuando hacíamos coreografías en los descansos de los partidos y un jersey verde manzana -como el chandal de infausta memoria- con el mismo "SHEI"escrito en la espalda. No sé si es el traje más correcto para recibir al Deivid ni tampoco si teniendo "eso" ahí abajo no resultará un poco obsceno y perverso enseñar el paquete cuando se levante una ligera corriente de aire, pero es todo lo que hay. Me lo enfundo, me recojo el pelo en una cola de caballo y vuelvo a la planta baja con cara de haberme puesto el pijama y pensar nada más en ir a la cocina a tomarme un vaso de leche.
La Dientes y Úrsula, que están en mitad de mi camino, componen exageradas caras de diversión y cachondeo.
- Vaaaya peddo zi tenemoz paddtido de liga -dice en tono de chufla la misma de siempre-.
- Me he puesto un poco cómoda, ¿pasa algo?
La Dientes me ignora, se vuelve a Úrsula y susurra pero no tan bajo como para que yo no lo oiga:
- ¿Vez? te lo dije. Ezta tiene algo en la cabeza y noz la va a liadd otdda vez.
- Niña -canturrea maternal la bruja- recuerdas que debemos quedarnos todas aquí mientras termino mis rituales, ¿verdaad, corazóooon?
Como va a ser complicado inventarse nada me tiro por el camino directo y explico:
- ¡Está bien! Igual que a Bridget vino a verla el Kevin, a mi va a venir a verme un chico. Me he puesto esto porque no tenía otra cosa que ponerme, ¿vale?
- Oyyy zi no dezimoz nada, no te pongaz a la defenziva, Zheila. Ademaz zi el pobdde muchacho tiene que entedaddze de lo de eze azunto que tienez entdde loz muzloz, nezezitaddaz un poco de intimidaz, ¿veddadd?
Cargar con una polla era mucho más llevadero en aquellos bellos momentos en que nadie lo sabía más que yo. Salgo al jardín bufando, no sin antes decirle a la Dientes lo que me puede ir chupando ella mientras llega o no el pobre muchacho...no, es mentira, no se lo digo porque soy una señorita y a pesar de todo continuo tengo teniendo más clase en cualquiera de los pelos rebeldes de mis pantorrillas que ella en todo su flacucho organismo. Salgo fuera y me siento encima del murete de piedra que delimita los dominios de mamá, con una gran luna subiendo poco al cielo que llena de una luz como de película todo lo que me rodea. El infecto Calígula también se sube de un salto al lado mío dando por toda explicacíon un "miagoog" y queda con la mirada puesta en el infinito en plan gato-profundo-con-mucha-vida-interior.
-Escucha, muchacho -le susurro en confianza- si te manda tu dueña a controlar puedes volverte por donde has venido. No soy amante de los animales, ni siquiera me caes bien, y si me jodes mucho la vida puedo agarrarte del pescuezo y echarte a la perrera del vecino. Tiene seis perros de caza deseosos de un poco de diversión.
Calígula me dedica una mirada con el párpado caído en tono "pero-muchacha-por-favor" y deduzco que no va a darme problemas, parece deprimido quizás por una mala respuesta de esa putilla de Morgana.
- ...vale, puedes quedarte ahí, pero cuando venga un chico guapo a buscarme, te quedarás aquí sentado y no dirás nada, ¿de acuerdo?
Calígula se remueve un poco en su asiento y queda mirando algún punto lejano del infinito. Supongo que ha entendido, por tanto pasamos los siguientes quince minutos entregados a nuestros mutuos pensamientos rodeados del cri-cris de los grillos y una atmósfera nocturna fresca pero apacible...
...cuando aparece el Deivid en un todoterreno del copón propiedad sin duda de Espe, lanza una carcajada:
- ¡Mira que mona, si parece una chica de colegio!...¿y este es tu gatito? ¿como te llamas, muchacho?
Deivid lleva unos vaqueros muy viejos ceñidos turbadoramente a su anatomía y una camiseta negra medio transparente a través de la cual adivino pero no del todo su cuerpo serrano.
- Me llamo Sheila y estoy cachonda , ñu-ñu -respondo tratando ser de veras la tía cachonda-.
Sin embargo el Calígula encorva un poco el lomo, hace un ron-ron-ron y consigue en un momento todo el sobeteo que YO debería estar recibiendo.
- ¡Buen chico, buen chico! -está diciendo el Deivid entusiasmado como si de verdad eso explicase porqué le mete mano al bicho en vez de a mi- ....es que me encantan los gatos...en mi casa mamá siempre tenía tres o cuatro, como aquel que dice me he criado con ellos.
El Calígula que se las sabe todas se restriega contra ese cuerpazo dejando escapar unos "miaos" engolados que conmoverían al corazón más duro, pero NO a mi.
- Es una monada y la historia de los gatos de tu mamá es entrañable, pero para empezar este no es mío, y en segundo lugar no vamos a llevárnoslo a casa de tía Espe. Tenemos que irnos ya...
Calígula maulla con aire aún más desgarrado y el tontolculo de Deivid lo coge en brazos y se deja llenar de pelos felinos mientras murmura en tono de duda:
- ...¿seguro que no es tuyo y lo quieres dejar aquí para que no nos moleste?...de verdad que me encantan estos bichos, no me va a importar llevar a este pequeñín encantador de excursión,, ¡y a él tampoco le importa, de hecho está encantado, ¿a que sí?¡
El bicho como dice Deivid lanza un maullido de entusiasmo y se deja llevar en brazos al interior del todo terreno mega-fashion en tanto que yo sigo sentada en la valla con el culo adormecido del contacto con la piedra.
- Eres muy atento, lo primero es lo primero -bufo- ¿Os marchais ya o queda sitio para más gente?
Esa gloria de hombre corre hacia mi, se introduce entre mis muslos y me mete la lengua en el morro un momento antes de decir:
- Jo tía, como te he echado de menos, llevo todo el día como una moto pensando en ti...
Desde mi posición veo como Calígula está haciendo pis sobre el salpicadero del cochazo y consigo por fin lanzar una risa de lo más fina.
- ...Espe me ha dicho algo como que no le importa compartir su vino, su chocolate ni su maromo, por lo cual creo que tenemos permiso para hacer lo que se nos antoje...
- ...vamos, tía -me dice el muy cochino-...déjame que te la chupe y luego me la metes....
-...no, deja que te la chupe yo a ti y luego me la metes tú.
- No, yo a ti.
- No, tu a mi
- ...venga, un poco de organización... bueno, pues venga, las damas primero...
Aunque me quedan ganas de soltarle si no quiere dejar también ahora que sea primero Calígula el que meta el hocico en su entrepierna, agradezco que no conceda al gato el orden preferente y le atraigo un  poco más contra mi propio cuerpo,encantada de que la vida de cuando en cuando me deje disfrutar estos pequeños ratillos de alegría...
...creo que la alegría dura exactamente seis o siete segundos porque es lo que tardamos en oir a la Dientes gritar desde la casa:
- ¡Gatito ezpeciaaaaal! ¡Mininiiiitooo!...¡Mamá te tiene lizta la zeeeeenaaaaaa!
Supongo que Calígula no puede oirla desde el interior del vehículo porque se sigue afilando las uñas en la tapicería de cuero de los asientos absolutamente encantado, yo en cambio levanto las orejas y exclamo:
- ¡Tenemos que largarnos!... vámonos ahora antes de que me pesquen...
Deivid se separa de mi empalmado y un poco confundido con una sonrisilla.
- Vale, tía, vale...además Espe quería que te llevase a cenar, si nos ponemos a follar no vamos a llegar a tiempo...
- ¿Cenar con Espe? ¿Lo estás diciendo en serio? Llámala y dí que hemos pinchado...
-Veeenga, veenga, estás muy nerviosa, tía, con tanta tensión estás perdiendo tu capacidad de divertirte...
Cada vez oigo a la Dientes más cercana y no tengo ganas de echar leña al fuego diciéndole que cierre la puta bocaza. ¿Porqué los tíos buenos serán mayormente tan tontos? ¿como no descubrió nadie todavía esa realidad y siguen insistiendo en que son las chicas rubias las cabezas de chorlito?
- Vale...vamos, a la furgo y a salir zumbando.
- Okey, pero sigues tensa -me insiste el muy idiota ya al volante, consiguiendo bajarme la líbido al subsuelo y que me entren ganas de dejarle que se largue con el jodido gato- ...antes de ir a ningún lado el doctorrr que soy yo te va a recetar una medicina para los nervios.
Se mete la mano al bolsillo de los vaqueros y saca de una bolsita una pastillita color rosa del tamaño de una lenteja, después sonríe deslumbrante y anuncia:
- Un Cachondini. Cuando te lo tomes vas a relajarte y además lo vas a pasar de vicio. 
- ¿Me estás drogando? -pregunto sin dar crédito a lo que oigo-...¿quieres que vaya colocada?
Pone cara de fastidio, resopla y termina con los brazos en jarras.
- Venga, no seas tonta. No te coloca mucho más que la pila de Martinis que te tomaste ayer conmigo en la piscina. Yo mismo me he tomado uno antes de salir...-luego al ver que yo he reculado y estoy a la defensiva, añade-...hasta Espe se las toma, fíjate...
Ahí tienes la prueba de que los mitos hay que desmontarlos: por ejemplo los tíos guapos y medio maricones no son tan jilipollas como una se piensa, porque si no, ¿como se le iba a ocurrir al Deivid utilizar esa sutil estrategia para hacer que me tome la pastilla?...
"Espe las toma..." 
Espe, la mujer 10, la profesional de éxito, la tía que todas -o por lo menos yo- quisiéramos llegar a ser, las toma. Ni por un momento se me ocurre que sea una maniobra para que me tome la pastilla, solo pienso "si ella las toma, no pueden ser tan malas" y con un gruñido la cojo, me la trago y luego digo:
- Ahora arranca. Y baja al gato antes de salir.
- Ah, no, si el gato se queda yo también.
- ...Deivid, me estás poniendo a prueba...vale, arranca y nos quedamos el gato de los cojones. ¡PERO ARRANCA, COÑO!

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